viernes, 6 de junio de 2008

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Año 1994

4 de febrero de 1994

Tema: Dificultats per a testimoniar el meu cristianisme. Possibilitats d’evangelització

Todos los dones que recibimos son para bien de los demás, sean intelectuales, materiales o espirituales. Hay que compartirlos todos. Está de actualidad el Profeta Elías, que pone de manifiesto la urgencia del ser; no se presenta en nombre de Dios, se presenta por sí expresando lo que siente.

Hay que partir del optimismo radical de la realidad. Quien conoce a Dios os escucha y quienes os escuchan conocerán a Dios. Dios ha puesto en ámbitos distintos tierras de gentiles para la evangelización. El mundo no es ámbito neutral, sino una creación de Dios; todo hombre es imagen de Dios, interlocutor en el encuentro con Dios. Lo que el hombre necesita, Dios se lo da. En este trabajo de evangelizar no se empieza de la nada, hay un pueblo santo y un resto que también busca a Dios.

Hay que desechar la cultura de la desesperanza y proyectar la luz de Cristo en el mundo. Los creyentes han de ser esperanzados y han de contribuir a su regeneración. A la pregunta de si es posible que nos salvemos hay que contestar que sí y gratuitamente. La desesperación no es cristiana, como dice San Pablo la esperanza nos viene por la fuerza del espíritu. Hay que esperar a pesar de todo, con confianza, esperar lo que no es posible para los hombres pero sí para Dios. Solo los que esperan lo posible alcanzan lo imposible. Aquel que se sabe estimado ha de contemplar esperanzado el futuro.

4 de marzo de 1994

Tema: Luces y sombras en la Universidad actual. Un reto para los creyentes

Pueden sentarse tres orientaciones básicas para la actuación de los cristianos en la Universidad:

1. Es necesario actuar conjuntamente. Antes en la sociedad cristiana podía actuarse individualmente, hoy en esta sociedad llamada postcristiana, no.

2. No basta tener un proyecto, un plan de actuación, hay que quererlo. Hemos de identificarnos con él. Hay que tener sentido de responsabilidad y autenticidad, ha de haber relación entre lo que se piensa y lo que se dice, entre lo que se siente y lo que se quiere.

3. A los cristianos nos corresponde no oponernos a la Historia sino transformarla, manteniendo en todo momento nuestro compromiso con la fe.

22 de abril de 1994

Tema: El compromiso de los cristianos en la universidad de hoy

Hay muchos hermanos que, como el enfermo de la Biblia, están diciendo no tengo a nadie y están esperando que les orientemos y ayudemos a encontrar el camino de la verdad. Nuestra actuación en la sociedad actual no es fácil. Conviene tener presentes los criterios en que hemos de apoyarnos, que pueden resumirse en la forma que sigue:

El derecho que los responsables, en particular de los Obispos, de manifestar sus opiniones. Hoy se piensa y se admite que en una sociedad pluralista los criterios católicos deben callarse en aras de la paz. No se quiere su influencia en la vida pública, la cual ha de desenvolverse, según dicen, en un marco laicista. Aceptar esto es admitir la paganización de la vida social, la marginación de la Iglesia.

Hemos de acostumbrarnos a vivir en un mundo hostil. La postura correcta del católico es la reacción y la corrección, a partir de la realidad, pero sin aceptarla. Hemos de expresar nuestra fe no solo con palabras sino también en nuestra forma de vivir. No puede vivir igual el que tiene fe que el no la tiene.

El que seamos minoría no ha de ser obstáculo para nuestra actuación ni motivo de aislamiento; aunque la sociedad de hoy sea una sociedad tecnificada, tenemos algo que decir. Nuestra actitud hacia otros sectores ha de ser fraterna pero sin dejarse amedrentar por las criticas. Hay que evitar en lo posible polémicas y conflictos pero no puede abandonarse la tarea de difundir la fe.

Se ha dicho que la Iglesia no ha encontrado su lugar en la democracia, pero a esto hay que responder si no será que en la sociedad actual no caben actitudes trascendentes. Los profesores católicos han de tener espíritu de maestros que ven el mundo y la cultura desde la fe. Hay que aprovechar la sed de saber que tiene la juventud para transmitir cuanto da sentido a la vida.

3 de junio de 1994

Tema: Análisis del documento de la ONU sobre demografía

Como expone San Pablo en su Epístola a los Romanos la creencia en Dios tiene consecuencias individuales y sociales, e igualmente su desconocimiento. Lo cognoscible de Dios es manifiesto a través de la inteligencia. Por no conocer a Dios cambian su conducta indignamente, trocan la verdad de Dios por mentira y adoran y sirven a la criatura en lugar del Creador. Así se enfrentaba San Pablo a la cultura pagana de Roma y con este mismo espíritu hemos de valorar el Documento de la ONU sobre la demografía.